La conferencista Belén Vallenilla se identifica como una conferencista motivacional de mediana edad que se siente con el ímpetu de una joven de 20; porque he descubierto en el renacer de la vida, que puedo lograr todo, al aceptar mi nueva realidad.
Desde hace más de una década; soy activista y defensora de Derechos Humanos. Ansío con mis charlas lograr ese cambio tan necesario en las mentes de mis congéneres, en cuanto a la igualdad y justicia, no solo con pasión, sino también con la razón.
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¿A qué se dedica la Conferencista Belén Vallenilla?
Me dedico a la protección e intervención con víctimas de violencia doméstica, abuso sexual de menores, trata y pedofilia. Se lee intenso, definitivamente ¡lo es! Pero si la indignación y conmoción no existieran, sería imposible la protección y defensa de aquellos que están en situaciones de vulnerabilidad.
Existe en mí, la inmediata sensación de que hay algo más allá que está trabajando para que yo haga algo, es definitivo lo que dijo una vez Steve Maraboli “La vida no se hace más fácil o más indulgente, nosotros nos hacemos más fuertes y resilientes”. Eso es lo que pretendo.
Fortalezas y virtudes
Fortalezco mi paz, tranquilidad y esperanza a través de la realización de dibujos e ilustraciones llenos de color, cargados de pasión, llevándome por un camino para mi mágico y fascinante, en el cual he tenido la oportunidad de exponer en varias galerías de Europa, África y Estados Unidos.
Sabía que en mi carga hereditaria existían genes que abarcan desde las artes, hasta la filantropía, redescubiertos al trabajar mi autoestima, con arteterapia, y resiliencia pura y dura; pero jamás imaginé que llegaría ese momento perfecto, en que las cosas iban a encajar de una manera casi increíble, guiando mi nuevo camino, mi nueva vida; convirtiéndose en una serie de maravillas y que estas sean, la herramienta o el vehículo para sanar y proyectar lo que hoy día es mi sentir más íntimo.
¿Qué disfruto hacer de la vida?
Disfruto de dar un paseo en moto, como una cabalgata, ir de excursión por una montaña y pasar un día en la playa. Para mí solo el cielo es el límite.
Desde hace más de una década; soy activista y defensora de Derechos Humanos. Ansío con mis charlas lograr ese cambio tan necesario en las mentes de mis congéneres, en cuanto a la igualdad y justicia, no solamente con pasión, sino también con la razón.
¿Qué me falta aún por aprender, por dar y compartir? ¡Definitivamente!
Pretendo seguir permaneciendo, perseverando y persistiendo a pesar de todos aquellos inconvenientes, imposibilidades o desalientos que se me presenten. Aquí estoy y aquí sigo, la desesperanza no tiene cabida en mi vida
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