Luis Vicente García Giliberti: ¡Historia de dos Ciudades!

La famosa novela de Charles Dickens, «Historia de Dos Ciudades», es un relato ubicado en los inicios de la Revolución francesa y comienza con una de las frases más conocidas en la literatura:

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación.

Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, solo es aceptable la comparación en grado superlativo (Dickens, Charles. Historia de dos Ciudades. Publicado por capítulos, Primera Edición, 1859).
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Aunque Charles Dickens probablemente no imaginó el impacto que tendría su introducción cuando la comparamos con la situación actual de Venezuela en 2023, podemos ver cómo se asemejan las dos épocas.

Por un lado, estamos en el mejor de los tiempos en términos de la era digital y del conocimiento para el desarrollo mundial. Sin embargo, estamos también en el peor de los tiempos que ha vivido nuestro país en toda su historia. Venezuela es un país con grandes recursos naturales, talentos y ubicación privilegiada, pero ha sabido perder estas ventajas y convertir la abundancia en despilfarro, equivocaciones y facilismo. Al mismo tiempo, vivimos en una edad de luz, pero también de locura, tinieblas y desesperación.

Hace solo unos años era impensable comprender la gravedad de la crisis que estamos viviendo en Venezuela. Esta crisis va más allá de una simple definición y reúne factores socio-económicos, políticos, morales y éticos que nos han llevado a la realidad que vivimos hoy.

Un país con una historia rica y talentos valiosos

Por otro lado, estamos sin ninguna duda en el peor de los tiempos que ha vivido nuestro país en toda su historia; un país afortunado, lleno de riquezas naturales, con privilegiada ubicación y con grandes talentos, sobre todo en lo humano; pero un país a la vez que ha sabido perder los mayores recursos y el mejor de los tiempos que nos ha podido dar la providencia.

Una historia de desperdicio y equivocaciones

Una abundancia ficticia que poco a poco se transformó en despilfarro, equivocaciones y facilismo, tan solo por mencionar algunas características. En un mismo momento, como decía Dickens, vivimos en una edad de luz, pero también de locuras, tinieblas y desesperanza.

Una crisis con factores múltiples

Era quizás impensable hace tan poco unos años que uno pudiera entender tan solo la parte superficial de la crisis que vivimos en nuestro país. Una crisis que va más allá de la simple definición de la palabra y que lamentablemente reúne una serie de factores socio-económicos, políticos, morales y éticos, de valores y principios, que nos han envuelto en la realidad de lo que vivimos hoy día, algo inexplicable.

Historias de venezolanos exitosos por el mundo

Un país con dos caras de la moneda

Difícil de comprender, por ende, que hasta el 2015 Venezuela estaba situada entre los países más felices del mundo, como por ejemplo No. 9 en el Happy Planet Index del 2012; o que fuese además el país más feliz de más feliz de América del Sur 2013 del World Happiness Report preparado por el U.N. Sustainable Development Solutions Network, publicación que, sin embargo, para el año 2016 ubica al país en el puesto No. 44 en el ranking de los 157 países analizados en la muestra. Pero a la vez, para el 2016, Venezuela fue catalogada como el país más miserable del mundo, en el estudio realizado por el Cato Institute con información analizada del Economist Intelligence Unit.

La lucha entre dos mundos diferenciados

Son dos realidades de un mismo país en un mundo tan lejano a lo que pudo haber sido; dos situaciones que se debaten hoy entre la vida y la muerte de un país en su totalidad, que lejos de unirse con una gran visión de país, se siguen viendo reflejados los personalismos que nos ha deparado la historia y no la unión en función al desarrollo y al progreso que ha unido a sociedades completas y a países muy diversos, bajo una misma visión.

El futuro incierto de Venezuela

El futuro es incierto y está por escribirse, como dicen los filósofos, y dependerá de las acciones que tomemos. Hoy tenemos la oportunidad de empezar de nuevo, pero las heridas del pasado todavía están ahí y debemos afrontarlas para avanzar. Venezuela es un país sumido en la miseria y la mediocridad y necesita gente con visión, valores y propósito para cambiar su presente y escribir una historia diferente.

¿Podemos superar los obstáculos y crear un futuro mejor?

En un mundo que está experimentando la cuarta revolución industrial, llena de cambios y oportunidades, Venezuela parece seguir en la edad media. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para superar los obstáculos y crear un futuro mejor, un futuro lleno de optimismo, desarrollo y crecimiento. No podemos desperdiciar esta oportunidad.

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