De sonrisa afable, ataviado con indumentaria escocesa, de humor contagioso y dicharachero como buen venezolano, esta vez fue Markos quien, de manera simbólica, dejó que hiciéramos de él una fotografía familiar, más íntima, con historias que muchos de sus alumnos y amigos desconocen.
Hablar de Markos Leave Cohen es hacer referencia a uno de los fotógrafos venezolanos más destacados de todos los tiempos, con una trayectoria de más de 40 años como profesional en el mundo de la imagen y el exposímetro.
Ganador en el año 2000 del premio Robert W. Becker por su creatividad, se considera una persona que a nivel profesional busca salir de lo común. ¿Pero de dónde viene todo ese talento? Sin duda, de su herencia cultural.


Markos tiene un matrimonio sólidamente construido desde 1998 junto a Cindy Cohen, y es el orgulloso padre de unas adorables morochas, Nicole Camille y Nathalie Masha, además del pequeño Noah Eddie.
Con un legado ancestral que cruza más de diez países, Markos contesta firmemente que “más venezolano no puede ser”, haciendo alusión a esa gran mezcla que atraviesa a la gran mayoría de la población del país caribeño.
Tabla de contenido
Los Leave Cohen: La historia de un retrato familiar
Este relato inicia con el abuelo Alberto Cohen, quien formaba parte de la comunidad de los judíos de Bujará (hoy Rusia) quien para huir de la revolución bolchevique, decidió salir caminando desde el desaparecido Emirato, cuyo territorio hoy se reparte entre Uzbekistán y Tayikistán, hasta Palestina.
Por su parte, la abuela Lily a quien Markos describe como una mujer muy culta, que hablaba siete idiomas y vivió 101 años, era hija de un rabino de la familia Singer. Aunque la familia era originaria de Austria, los datos de nacimiento de su hermana indican que nació en Ucrania.
Según las anécdotas recopiladas, la familia se fue a vivir a Turquía luego de que su padre fuera llamado a servir como rabino. Allí conoció a Alberto Leave quien en aquel momento se llamaba Albert Burton un británico cristiano del que se enamoró perdidamente, y que en aquel entonces prestaba servicio militar en el país.

Por otro lado, la familia materna viene de Chipre, aunque su madre Masha Cohen Aboulafia fue criada en Líbano. Markos cuenta con orgullo que su abuela materna ayudaba durante la guerra a que aterrizaran los aviones de la resistencia judía, al indicarle con los banderines, esto una vez.

Antes y después
Albert nació en Nottingham, pero desde muy niño se lo llevaron a vivir a Escocia, razón por la cual los Leave se identifican tanto con los Scots. Para poder casarse con el amor de su vida, decidió convertirse al judaísmo.

Fue entonces cuando cambió su nombre a Abraham Leave apellido nacido de una palabra en irish que significa ‘corazón, amor’. Contrajo nupcias con Lily en Turquía, en donde nacieron sus hijos Eddie (padre de Markos) y Ronny.
Tras el nacimiento de este último, la familia decidió mudarse a Palestina cuando apenas contaba con 6 meses de edad. Como anécdota, Markos cuenta que su padre fue miembro del equipo de paracaidistas, al cual también se unió su tío Ronny siendo un menor de edad, luego de entregar unos documentos falsificados.

Triplemente Leave
Con toda esa historia, Markos es sincero: le gusta fantasear que su abuela ayudó a aterrizar el avión en el que había llegado su padre a Israel, en donde se casaron el 22 de septiembre de 1953. Masha y Eddie se amaban tanto, que se casaron tres veces en ratificación de aquella decisión de hacer una vida juntos.
El árbol familiar mexicano
Tras llevar a su madre y a una hermana a presentarlas en matrimonio en Israel, el barco que les llevaba de retorno paró en México. Allí hicieron amistades con otras familias judías con quienes celebraron Shabbat.
Fue cuando decidieron que el resto de sus hijos quedarían comprometidos en matrimonio en tierras aztecas, razón por la cual la familia quedó dividida entre ambos países. Allí, de hecho, descansan los restos del abuelo Cohen.
Leave en Venezuela, su pasión por la cámara y más
Cuando se le pregunta sobre la vida de sus padres en el país, Markos afirma que llegaron como la mayoría de los judíos en su momento: una maletita y trabajando como comerciantes hacia el interior del país, como los emprendedores exitosos que han sido en la historia de Venezuela.
Relata que su infancia fue tranquila y feliz. Estudió en el Colegio Moral y Luces, al cual su madre ayudó mientras trabajó como secretaria en el Ministerio de Exteriores, para que pudieran aprobar los visados de los maestros israelíes que llegaban al país.
Posteriormente, sus padres decidieron inscribirlo en el Colegio Rambam, fundado por el Dr. David Gross. Recuerda que aunque al principio no le gustó la decisión, hoy lo agradece porque más de 50 años después conserva las mismas amistades que allí creó: “son mis hermanos de vida”, comenta.

El fotógrafo familiar de los viajes
Su enamoramiento con la cámara fue en un viaje de crucero llamado Monserrat. Como buen hijo menor, Markos era el delegado en tomar las fotos del grupo familiar. Su hermana (QEPD), solía bromear con que no le saldrían bien, hasta que llegaron las imágenes reveladas: “sentí que era como una defensa”.
La promesa de ser el mejor fotógrafo: el big hit
Para él fue un descubrimiento como niño darse cuenta que si cambiaba de perspectiva, podía cambiar la posición del sol en sus tomas. A partir de entonces, comenzó su vida como aficionado. Incluso, le nombraron como fotógrafo del anuario escolar cuando estudiaba.
Así comenzó a experimentar como un pasatiempo. Pasaba horas jugando con su cámara cuando era un adolescente. Sin embargo, admite que muchas de las cosas que aprendió se las debe al fotógrafo Leo Reinfeld, a quien admira profundamente: “El día en que se escriba la historia de la fotografía en Venezuela ese hombre debe tener el capítulo principal”.
En el año 1977 era impensable que un joven quisiera dedicarse a los retratos, en vez de desarrollar una carrera profesional. Fue entonces cuando su abuela materna le hizo prometer que le daría el dinero para comprarse una cámara, a cambio de ser el mejor fotógrafo.
Su estreno como fotógrafo profesional fue un 18 de septiembre de 1977, el día en que le tocó inmortalizar las fotografías familiares en la boda de una compañera con la que estudiaba ingeniería mecánica en la universidad.

Historias que contar con Markos Leave Cohen una fotografía Familiar
A este capítulo de “Historias que contar” todavía le queda mucha tela que cortar de Markos Leave Cohen: su formación en la Academia de Sommeliers de Venezuela, su afición al rugby, su experiencia como buceador, las situaciones que han marcado su vida, sus proyectos personales y otros pormenores.
¡Esto no acaba aquí! Te invitamos a disfrutar de la entrevista completa en nuestro canal de Youtube, donde podrás conocer muchísimas más anécdotas y disfrutar de la jocosidad de Markos Leave.
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